jueves, 8 de marzo de 2012

Hoy cocinamos: NEUROCOOKIES


Como era de esperar, la primera receta de este blog es la de las NEUROCOOKIES.

¿Preparados para un subidón de glucosa?


Nombre molón: NEUROCOOKIES

Nombre insulso: COOKIES DE CHOCOLATE

Ingredientes (20 – 24 unidades):

A) 240g de harina de trigo (suelo usar La Aragonesa de Mercadona)

B) Media cucharadita de levadura química (tipo levadura Royal)

C) Media cucharadita de sal

D) 100g de mantequilla sin sal

E) 120g de azúcar moreno

F) 60g de azúcar blanquilla (el azúcar blanco de toda la vida)

G) 2 huevos

H) 1 cucharadita y media de esencia de vainilla (si no se tiene, pueden cambiarse los 60g de azúcar blanquilla por 60g de azúcar avainillado, fácilmente conseguible en LIDL o Consum)

I) 180g de chips de chocolate (podéis machacar chocolate o comprar los chips ya preparados de Mercadona)

X) El libro de Neurociencia es opcional, aunque recomendable.



Elaboración:

Antes de comenzar, debemos precalentar el horno a 160ºC con calor por arriba y por abajo. Como luego veremos, es esencial esta temperatura para conseguir el sabor adecuado de la galleta.

A continuación mezclamos en un bol la harina tamizada (con un colador si no se tiene tamiz) junto con la levadura y la sal (1).

En otro bol distinto deberemos mezclar la mantequilla, previamente derretida, junto con el azúcar moreno y el azúcar blanquilla (o avainillada) (2). Cuando tengamos una mezcla homogénea, incorporamos los huevos, la vainilla (3) y continuamos batiendo hasta que quede todo bien mezclado.

Ahora toca fusionar. Añadimos la mezcla de harina, levadura y sal al bol donde hemos mezclado el resto de ingredientes. Trabajamos la mezcla (con una espátula o con las manos) hasta que se vuelva una pasta uniforme (4). Llegados a este punto, añadimos los chips de chocolate y mezclamos para que queden bien repartidos por la masa (5).



Ponemos una superficie antiadherente en una bandeja de horno (el típico papel vegetal vamos) y vamos colocando bolas de masa del tamaño de una cucharada sopera (6). Las repartimos por la superficie dejando espacio entre ellas ya que, al calentarse, se expandirán.

Horneamos de 15 a 18 minutos a 160ºC o hasta que veamos que el borde se pone dorado. Hecho esto, sacamos la bandeja del horno y dejamos enfriar (en la misma bandeja). Cuando se hayan enfriado, subimos el horno a 180ºC y las horneamos durante 2-3 minutos más.

Finalmente, las sacamos del horno y las pasamos a una rejilla donde puedan enfriarse homogéneamente por toda la superficie.

Protocolo:

Las letras se refieren a las correspondientes en la sección de Ingredientes.

1- Precalentar horno a 160ºC.

2- En un bol, mezclar A+B+C = M1.

3- En otro bol, mezclar D+E+F. Incorporar G+H y mezclar de nuevo = M2.

4- Verter M1 sobre M2 y homogeneizar = M3.

5- Añadir I a M3 y homogeneizar = LA MASA.

6- Colocar bolas de LA MASA de 4 cm de diámetro (y espaciadas unos 8 cm) en una bandeja de horno.

7- Hornear 15-18 min a 160ºC.

8- Dejar enfriar.

9- Hornear 2 min a 180ºC.

10- Sacar las NEUROCOOKIES del horno, dejar enfriar y proceder a su metabolización.



Degustación y notas:

Las clásicas cookies, o Neurocookies en su versión más molona, son la típica galleta para todo: desayuno, almuerzo, merienda, para acompañar a un café, para picar algo… De hecho, puedo decir que incluso funcionan como alimento de campaña en mitad de un experimento de laboratorio.

Por su textura y sabor, son ideales para comer a solas, sin ningún acompañante. No obstante, un café, un vaso de leche o un batido siempre serán bien recibidos.

Pueden consumirse también junto con un zumo de frutas, en cuyo caso se deberá seleccionar un sabor que case con el chocolate: naranja, fresa o cualquier zumo con un punto cítrico.

Otra buena forma de consumirlas es como parte de una sobremesa, junto con unos licores variados o algún vino dulce tipo Moriles o Mistela.


Contenido científico:

Os he dicho que era muy importante la temperatura de 160ºC, ni más ni menos grados.

¿Alguien sabe por qué?

Pues bien queridos amiguitos, a esta temperatura se produce la “sabrosa” reacción de Maillard (en honor a Louis-Camille Maillard, químico francés que describió este proceso en 1916).

A 160ºC, o más excatamente a 154ºC/310ºF, los grupos amino de los aminoácidos que componen las proteínas, reaccionan con los grupos carbonilos presentes en los azúcares, produciendo glucosilamina y agua. Estas glucosilaminas son muy inestable y se isomerizan, mediante la trasposición de Amadori, en cetoaminas, las cuales reaccionaran de diversas formas. Por un lado producirán agua, diacetilos, piruvaldehídos… los cuales participaran del sabor y textura global del alimento. Por otro, formaran compuestos poliméricos nitrogenados y melanoidinas, moléculas que darán un color marrón (el típico marrón tostado) a la comida.

Y ahora es cuando me preguntaréis: ¿Por qué luego rehorneamos a 180ºC?

Pues bien, este aumento de la temperatura es debido a que el azúcar carameliza a partir de 180ºC. Con este aumento de la temperatura durante tan poco tiempo (recordemos que dejábamos 2 minutos de cocción) conseguimos que los azúcares superficiales caramelicen, dándole un color más tostado a la galleta y, además, proporcionándole un suave aroma a caramelo.

El hecho de no cocinar las galletas a esta temperatura durante todo el proceso es porque la caramelización excesiva daría un sabor al alimento que enmascararía la esencia de vainilla o, incluso, el propio sabor del chocolate. Con este corto periodo de tiempo conseguimos caramelizar únicamente la superficie, dejando el interior de la galleta con el sabor predominante del chocolate y la vainilla.


Escuchando los últimos acordes de la canción Anthem del grupo canadiense Rush os dejo por el momento. Cualquier duda o sugerencia, a los comentario.

¡Qué aproveche!

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