jueves, 10 de mayo de 2012

Hoy cocinamos: HIJOS DE SKARO


EXTERMINATE!!! EXTERMINATE!!!

Esta sencilla aunque contundente palabra, es la favorita de uno de los enemigos más míticos de la ciencia ficción televisiva: Los Daleks. Estos “personajillos”, fruto de una noche loca entre un salero, una batidora y un desatascador, encarnan a uno de los tantos adversarios con los que el Doctor se ha ido haciendo durante su periplo espacial.

Pero ¿Doctor quién? Os preguntaréis.

Pues eso, Doctor Who, una serie británica de Ci-Fi protagonizada por el Doctor, un Señor del Tiempo que viaja a través del tiempo y el espacio a bordo de la TARDIS (Time And Relative Dimensions in Space), una máquina del tiempo (del espacio-tiempo) que nada tiene que envidiar al DMC DeLorean de Marty McFly.


La serie lleva en el aire desde 1963 y ha conocido a 11 Doctores distintos (ya que cuando el Doctor muere, se regenera en otro cuerpo distinto). En el comienzo del nuevo milenio, Doctor Who volvió a las pantallas británicas y ha ido extendiéndose por otros países, teniendo una acogida espectacular en países que jamás habían oído hablar de las aventuras de este famoso Timelord.

Pues bien, venidos directamente desde el planeta Skaro, cogidos de la manita (o de la batidora) de sus hermanos los Daleks, aterrizan en el blog los HIJOS DE SKARO.

Os aviso que NO son aptos para no-golosos.





Nombre molón: HIJOS DE SKARO
Nombre insulso: BIZCOBOLAS VARIADAS
Tiempo: 30 minutos (con nevera)

Ingredientes:

COMUNES
A) Magdalenas (o restos de bizcocho o smilar)
B) Chocolate blanco o negro (para la cobertura)
C) Galletas tipo Oreo (o marca blanca de Mercadona como fue mi caso)

A ELEGIR
D) Queso crema tipo Philadelphia
E) Leche condensada
F) Yogur variado (Yo usé de frutas del bosque)
G) Coco rallado
X) Un Dalek que te intimide mientras trabajas.


Elaboración:

Nos toca pringarnos un poco y desmigar las magdalenas en un cuenco (o bizcocho o similar). Una vez tengamos las migas, llega el momento de probar sabores y mezclar. Como norma general os diré que la proporción magdalenas:ingrediente líquido suele ser de 2:1 peso:peso, es decir, si ponemos 50g de magdalenas, pondremos 25g de lo otro.

Pero ¿qué es lo otro?

LO QUE QUERAIS. Lo único que tenéis que tener en cuenta es que debe ser algo fluido. En mi caso hice bizcobolas de varios sabores, a saber:

-Queso Philadelphia con magdalena
-Leche condensada, coco rallado y magdalena
-Yogur de frutos del bosque y magdalena

Caso especial fueron las bizcobolas de galleta Oreo. Al igual que con la magdalena, picamos las Oreo (yo os recomiendo en picadora) hasta tener un polvo fino. En mi caso, las amalgamé con leche condensada y un poco de esencia de vainilla. Pero ya os digo de antemano que aquí la proporción 2:1 no funciona. Aquí fue algo así como: “Hasta que este densito y consistente”.


Para hacer una bizcobola tipo, mezclamos la magdalena (o galleta) con el compuesto líquido y movemos hasta obtener una mezcla consistente. Debe estar lo suficientemente denso como para aguantarse unido, pero no muy húmedo, porque entonces quedaría demasiado empalagoso.

Una vez tengáis las masas hechas, deberéis humedeceros las palmas de las manos (para evitar que se os pegue la masa) e ir haciendo “albóndigas” de masa. Las ponéis en una superficie antiadherente (papel de aluminio, de horno, una bandeja…) y dejáis que enfríen en la nevera hasta que endurezcan un poco.

Cuando ya estén frequitas, derretís un poco de chocolate al microondas (yo usé blanco y negro indistintamente) y cubrís las bizcobolas. Mi consejo es que uséis un par de tenedores para sumergir con cuidado las bolas en la cobertura y escurráis bien el chocolate sobrante. Las ponéis en una superficie antiadherente y las metéis a la nevera para que la cobertura de chocolate enfríe antes. Si hacéis bolas pequeñas, podéis ponerles un palo a modo de “piruleta” para comeros vuestra bizcobola sin empringaros en exceso.

Y cuando a la mañana siguiente abráis la nevera, tendréis un ejército completo de HIJOS DE SKARO listos para invadir vuestro estómago.

Protocolo:
Las letras se refieren a las correspondientes en la sección de Ingredientes.
1- Picar A.
2- Picar C.
3- Repartir A y/o C en distintos cuencos.
4- Permutar G con D, E o F al gusto.
5- Permutar las posibles mezclas anteriores con A y/o C en proporción mínima de 2:1.
6- Realizar formas geométricas lo más ajustadas a la ecuación V=4πr3/3.
7- Enfriar mediante la aplicación indirecta de la ecuación de los gases ideales PV=nRT (nevera).
8- Cubrir con B fisionado y volver a aplicar PV=nRT, con disminución de T.
9- Hacer frente a LOS HIJOS DE SKARO con uñas y dientes, sobretodo dientes…


Degustación y notas:
Denso. MUY DENSO. Pero igual de sabroso que denso. Recomiendo no empacharse (y menos en plena operación bikini xD).
Como merienda, acompañando un café o a la sobremesa con una copichuela, los hijos de Skaro son un enemigo imponente al que plantarles cara.
Y probad sabores y mezclas. Y cuando los tengáis, contádmelos para mejorar la receta.

Truquillo:
Si la cobertura de chocolate fundida se os queda muy densa para trabajarla, añadidle un poco de mantequilla o nata para diluirla (NUNCA agua, leed el contenido científico para saber porqué).
Seguramente os sobrará chocolate fundido para parar un carro amish, así que mi consejo es que lo extendáis sobre un papel vegetal (de esos de horno del Mercadona) y dejéis que se enfríe. Una vez duro, lo rompéis a trocitos y lo guardáis en una bolsa en la nevera hasta la siguiente cobertura.

Contenido científico:
¡Oh no! ¡Hay agua en mi cobertura de chocolate!
Pues si amiguitos, el agua estropea de forma horrible el chocolate fundido. Si ponéis agua en un chocolate de cobertura, veréis como empiezan a formarse grumos apelmazados que densifican la mezcla y hacen imposible su manipulación.
El chocolate es, básicamente, una mezcla de los componentes del cacao (entre los que debemos destacar la manteca de cacao) y azúcar. Como buen lípido, la manteca de cacao es una sustancia hidrofóbica que repele el agua; para entendernos, es como el aceite, que es inmiscible con el agua. Por lo tanto, cuando vertemos agua en el chocolate fundido, la manteca de cacao la repele y empieza a formar vesículas lipídicas para evitar el contacto con el líquido. Además, el agua disuelve los azúcares y otros componentes del cacao, lo que hace que aumente la densidad del agua. Este aumento de densidad, obliga al agua a formar grumos para poder introducirse de manera óptima entre las vesículas de manteca. Así, se acaba formando una mezcla de “bolitas” de grasa y de agua que hace que la mezcla aumente su densidad y pierda sus propiedades reológicas originales.
Por esto, SIEMPRE debemos mezclar el chocolate fundido son solventes de tipo lipídico como nata o mantequilla, ya que éstos interaccionan con la manteca y se entremezclan de forma homogénea.
Y en la siguiente receta que use chocolate os contaré si lo de que “el chocolate deja ciegos a los perros” es, o no, una leyenda urbana.

Y mientras de fondo suena el Heart of glass de Blondie me despido hasta la próxima receta, no sin antes dedicarle esta entrada a mi compañero L.M. y a su acompañante extraplanar J.

4 comentarios:

  1. Te han salido un poco los Daleks defectuosos, los que se quedaron en la incubadora por inviables... Eso sí, me los comia igual!

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    1. Están hechos con las piezas sobrantes de un crucero espacial que pasaba por allí. Eso si, el sabor era cojo**do.

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  2. Espero que las condiciones gravitacionales de mi planeta me permitan cocinar semejante tormenta de quilomicrones y glucosa.

    Un saludo

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    1. En principio si puede cocinarse en condiciones normales terrestres de 1atm. Eso sí, si cuando terminas una se genera un agujero negro a su alrededor, me eximo de culpa.

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